
Este arma de gran poder de corte es emblemática de las cargas de caballería de la época victoriana.
Aunque de manera coloquial se denomina al Sable como un tipo de espada, lo cierto es que, por su morfología es un arma diferente.
Su característica principal es un sólo filo curvo y un contrafilo romo, esto es así debido a la forma triangular de su hoja que incrementa su poder de tajo, pero empeorando su estocada.
Debido a estos atributos podemos decir que la forma occidentalizada de denominar a la Katana es sable japonés y no espada japonesa.
Su aparición en la Europa Occidental suele datarse en el siglo XVII durante la Guerra de los 30 años, pero su procedencia se remonta 10 siglos antes por los mongoles y turcomanas de Asia central.
Alrededor del siglo IX fue incorporado por húngaros, polacos y demás pueblos eslavos que, en conflicto constante con estos jinetes de Asia, vieron las virtudes del sable y decidieron añadirlo a su caballería.
Al inicio de la edad moderna nacen los húsares en Hungría, una caballería ligera que con el tiempo se estableció en prácticamente todos los ejércitos de Europa ciñendo un sable de hoja ancha y curvada.
Destacar a los famosos húsares alados de la Mancomunidad de las Dos Naciones Polonia-Lituania, temidos por los turcos y que fueron llamados así por sus alas emplumadas fijadas al espaldar de su armadura.
Además de los húsares, el ejército francés se influenció de los mamelucos durante la campaña egipcia, Napoleón Bonaparte los integró como tropa de élite de su “Grande Armée” a su regreso a Francia.
Éstos portaban la cimitarra, denominación general para los sables de Oriente Medio y de gran importancia para el culto guerrero musulmán.
Pronto, toda la caballería del ejército imperial francés y las demás naciones que combatieron en las guerras napoleónicas adoptarían el sable como arma regular.
Sin embargo, en el siglo XIX el sable fascinó a todo el estamento militar, siendo utilizado también por el infante.
Los sables de infantería son de morfología más ligeros y rectos para amoldarse mejor a la esgrima de parada y respuesta, predominante en las escuelas de la época, dando lugar a muchos duelos de honor como los de la película “Los Duelistas” de Ripley Scott.
Entrado el siglo XX, las heroicas cargas de caballería son cada vez menos frecuentes y mucho más arriesgadas, esto hace que el papel del sable militar caiga en desuso para desaparecer al comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente, podemos observar como el sable se exhibe en desfiles militares como un arma de gala en los distintos cuerpos del ejército.
Principales escuelas y tratados.
Es natural que, por su pasado histórico, las escuelas más importantes sobre el uso del sable histórico sean las de Europa del Este, sobre todo la escuela húngara que aún en la actualidad sigue estando al máximo nivel en los juegos olímpicos.
Sin embargo, en la SVEA seguimos la tradición de la Destreza española que aplicó la familia Merelo en el siglo XIX.
Jaime Merelo y Casademunt, al igual que su hermano José y Alfredo, el hijo de éste último, fueron profesores de varias academias militares, legándonos varios manuales de esgrima. En ellos se combina una esgrima moderna, pero aplicando los medios universales de la escuela tradicional del siglo XVII.
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